El confinamiento y el aislamiento social ha causado que la mayoría de las personas adapten sus rutinas diarias al mundo online. Esto pasa con la educación, que ahora se ha transformado en educación online. Pero, cara a cara con el fin de curso, ¿cómo se realizarán los exámenes?
El estado de alarma por el brote de covid-19 ha afectado a cada
aspecto de la vida cotidiana, y la educación no es una excepción. Escuelas y universidades
han cerrado sus puertas y has traspasado la educación a las plataformas online.
Esto supuso un reto tanto para alumnos como para profesores. El reto ahora que
el año académico termina es cómo serán los exámenes finales y las presentaciones
de los trabajos de fin de grado.
Desde el Gobierno dejaron la decisión a las universidades,
quienes enfrentan la incertidumbre de garantizar que los alumnos no se copien o
hagan trampas.
La Universidad del País Vasco, por ejemplo, ha decidido
priorizar trabajos o tareas y evitar los exámenes en los que se requiera un
control visual de los alumnos. Una guía realizada por los profesores
universitarios de la UPV asegura que el mejor examen sería aquel que se puede
plantear de manera presencial sin restringir el acceso a los materiales e
internet. Sin embargo, en épocas como esta, la aplicación de exámenes no debe tener
un peso determinante en la nota final, y se debe complementar con otras pruebas
y trabajo puntuales.
Hay muchas universidades optan por realizar los exámenes con
un desafío logístico: la vigilancia y las plataformas que lo permiten. Nada
impide que lo alumnos busquen las respuestas o tengan los libros a mano para
completar las respuestas. Por ello la UPV recomienda pruebas orales siempre que
sea posible. El profesor puede grabar el audio para que quede un registro. Además,
se pueden hacer exámenes presenciales por medio de una videollamada, peor no
todos los alumnos cuentan con una webcam para la vigilancia. Además, si un
profesor tiene una gran cantidad de alumnos para vigilar, no puede hacerlo de
manera simultánea. En este sentido, la Universidad Abierta de Cataluña lleva
años probando softwares de reconocimiento facial que le permita identificar al
alumno y detectar los intentos de trampa.
Existe, en este contexto, un descontento general. Los alumnos
de la Universidad de Sevilla viralizaron el hashtag #QuemadUS argumentando que
se sienten desinformados y desatendidos ante la adaptación a la educación online.
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